DICTARON LA FALTA DE MÉRITO (no incurrieron en delito)

La juez Laura Armagno dictó, ayer, la falta de mérito en favor de los Sacerdotes Antonio Martínez y Ricardo Latorre en la causa que fue denunciada por un grupo de familiares de ex-integrantes pertenecientes al Instituto Secular Servi Trinitatis. Las denuncias fueron hechas por familiares y allegados de las ex-internas fundamentandas en mentiras y exageraciones de los hechos presentados. El Abogado Omar Gebruers ( conocido mentiroso y fabulador, denunciado en muchas oportunidades por el colegio de abogados), no pudo sostener los argumentos mentirosos con los que quiso involucrar no solamente a los sacerdotes mencionados, también a los Obispo Mons. Bredice y Poli. Los Padres no incurrieron en delito de reducción a la servidumbre y las internas nunca fueron forzadas para llevar el tipo de vida austera y de piedad, común a todo instituto de vida religiosa. También se deja bien en claro que las personas involucradas en la causa son todas mayores de edad y así cae la mentira de Gebruers queriendo hacer pensar a la sociedad que había menores en el medio. También se expone que la Libertad estaba garantizada en todo sentido ya que cualquiera, siendo mayor de edad, tiene derecho a optar o no por llevar una vida consagrada con determinados votos. Nunca se encontró a menores dentro de la casa del Instituto y los peritos oficiales no pudieron determinar la veracidad ( por no existir) de los argumentos que manifestaban los denunciantes. Sí , pudieron constatar el fortalecimiento y la contención familiar con la que vivían las internas, los peritos oficiales manifestaron que las internas encontraron en el hogar de la calle Q´Higgins un ideal que les ha dado sentido a sus vidas. Pensemos en todas las mentiras que hablaba Gebruers en torno a los informes de los peritos. de esta manera termina definitivamente el calvario con el que Jesús invitó a llevar a los padres Antonio y Ricardo y que no cabe duda que no despreciaron tal invitación y lo llevaron con amor y entrega. A ellos nuestro apoyo de siempre y nuestro cariño, especialmente al Padre Antonio que fue nuestro Vicario General por muchos años y que se comportó como un verdadero Padre de sus hermanos sacerdotes. Tenemos la seguridad que todo esto no fue en vano y que muchos frutos de santidad en el apostolado les espera en sus jóvenes ministerio. Demos Gracias a Dios.