miércoles, noviembre 26, 2008

Fenómenos místicos que TODAVIA NO TIENEN APROBACIÓN de la Iglesia


Una mujer y un hombre convocan multitudes que les atribuyen poderes de intercesión ante Dios. ( EN LA FOTO la sra. María Livia con seguidores)
Congregan multitudes. Concitan un clima espiritual evidente. Dicen que la Virgen se les aparece y les entrega mensajes invitando a una mayor práctica religiosa de los fieles. Los creyentes le atribuyen dones —o, cuanto menos, admiten la posibilidad de que los tengan— para apelar con singular eficacia a la intercesión a María, o directamente a Jesucristo, en favor de la concesión de gracias, generalmente curaciones. No son pocos los que dicen que lo que pidieron les fue concedido. Y son muchos los que afirman haber profundizado su conversión, y hasta la de sus seres queridos. En Salta, María Livia Galiano de Obeid, y en Mendoza, Manuel Yanzón, son los protagonistas de fuertes "fenómenos místicos". La Iglesia —con matices, según los casos— pide cautela en cuanto a los " sucesos sobrenaturales". Hasta considera que hay cierta resistencia de los movimientos creados en torno a estos sucesos a respetar los procesos investigativos y las disposiciones eclesiásticas de rigor para estos casos. Aunque evita la prohibición lisa y llana. Pero se siente particularmente interpelada por estos hechos, ante la constatación de una búsqueda espiritual evidente de mucha gente . El caso de la llamada Virgen del Cerro, en Salta, y de María Livia, es el más antiguo y también el que más fuerte prendió. La historia arranca en 1990, cuando la mujer —un ama de casa casada con tres hijos— dice que se le apareció por primera vez la Virgen. La imagen, según su descripción, es diferente a las demás advocaciones conocidas. Paralelamente, afirma recibir mensajes de ella. En 1996, la propia Virgen le dice que su representación constituye una nueva advocación: Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús. Con la visión que describe, se construyó una imagen.Siempre según el relato de María Livia, la Virgen le pidió en las primeras apariciones que se construyera un santuario (sería la actual ermita de Shoenstatt, ubicado al pie del cerro). Luego le indicó que todos los mensajes se den a conocer a través de un monasterio carmelita de la zona. Más adelante, le pidió que se construyera otro santuario en lo alto del cerro, y que el lugar se convierta en centro de evangelización; que se levante una casa para sacerdotes ancianos, un seminario y una casa para monjes. Pero, sobre todo, le recomienda bregar por la conversión y la adoración del corazón eucarístico.Cada vez más personas, progresivamente. se fueron congregando todos los sábados en derredor de la imagen de la nueva advocación, y de María Livia, en el cerro, un lugar geográfico privilegiado, bellísimo, y con una vista única de la capital salteña. En medio de un fuerte clima espiritual, la gente se fue congregando para rezar, especialmente el rosario, y meditar sobre los mensajes recibidos por la mujer. Con todo, el momento más emotivo es cuando María Livia realiza una breve "oración de intercesión" por las intenciones de los fieles pasando delante de cada uno de ellos y colocándoles por unos segundos su mano en el hombro. La experiencia es muy fuerte para muchos. Al punto que no son pocos —incluso monjas— los que se desploman. Detrás, unos servidores siempre atentos evitan que, en su caída, la gente se lastime. Según el testimonio de los que fueron, En verdad, la organización es muy prolija y busca preservar en todo momento un clima de oración, centrado en una ermita con la imagen de la nueva advocación. De hecho, a la cima solo se llega caminando —salvo en el caso de los enfermos o gente muy mayor— por un sendero donde los servidores —con pañuelos blancos y celestes— ofrecen agua, y muchos dicen sentir olor a rosas, que no hay en la zona.El arzobispado de Salta se muestra extremadamente cauteloso. Luego de que su anterior titular, monseñor Moisés Blanchoud, permitió en un momento la difusión de los mensajes que María Livia dijo haber recibido, el actual, Mario Cargnello, decidió en esta etapa del fenómeno profundizar la investigación y prohibir que se conozcan los últimos mensajes mientras son estudiados. También PIDIÓ CAUTELA A LA virtualmente llamada "oración de intercesión". En un pronunciamiento de hace dos años, Cargnello aclaró que en su jurisdicción ningún laico está facultado para imponer las manos. Cargnello también habló de los mensajes, que consideró revelaciones sin contenido, y sostuvo que el protagonismo de la vidente es manifiesto. Afirmó, además, que nunca fue informado sobre los resultados del examen psicológico que le pidió a María Livia. La señora y las monjas carmelitas no cumplieron, en nada, con lo que la Iglesia les solicitó, precisó hace poco el arzobispado. Los colaboradores de María Livia le enviaron el mes pasado una carta, donde niegan que se oculten los datos del test psicológico y piden que sea más comprensivo con el fenómeno.

No hay comentarios.: