miércoles, octubre 29, 2008

CARTA ABIERTA A OMAR EDUARDO GEBRUERS

Carta abierta a Omar Eduardo Gebruers, abogado patrocinador de la causa contra Servi Trinitatis en Santa Rosa. Por alusiones:
Aunque mi deseo sería dedicarme íntegramente a mis múltiples responsabilidades cotidianas como párroco, siento la obligación de aclarar la confusión que siembran sus declaraciones, y que afecta a aspectos muy importantes de la convivencia pacífica de los ciudadanos, de la fe católica, y del buen nombre del Instituto Secular Servi Trinitatis al que tengo el gozo de pertenecer.
Según algunos medios que se han convertido en difusores de sus doctrinas, usted justificó el día de ayer su propaganda difamatoria y calumniosa contra Servi Trinitatis argumentando que yo salí "a defender a 'los curas' y al Instituto Secular por los medios". Ante tan falaz paralelismo debo hacer algunas aclaraciones sobre la radical diferencia que media entre mis declaraciones y sus estrategias de agitación y propaganda.
1. Usted manipula el lenguaje. La historia contemporánea nos recuerda que el socialismo marxista-leninista, al que usted parece adscribirse (hágame saber y disculpe si me equivoco, por favor), según declaraciones suyas publicadas en un importante diario de ámbito nacional, ha utilizado constantemente la manipulación del lenguaje como instrumento propagandístico y de poder. A Lenin se le atribuye la frase: "Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad". Usted llama a las chicas que pertenecen a Servi Trinitatis "internas", aunque están gran parte del día en sus estudios, trabajos y actividades apostólicas; y "captadas", aunque entran y permanecen en el Instituto libérrimamente. De los sacerdotes dice que "prohibían", aunque son las chicas las que los aceptan y consultan voluntariamente como consejeros, y ellos no tienen ninguna autoridad en la rama femenina de la Institución; que "reclutan", aunque ellos proponen, como todo sacerdote suele hacer, la vocación a la libre decisión de los jóvenes. La lista de expresiones tendenciosas sería interminable.
2. Usted goza de poder fáctico. Quiere vender a la opinión pública la idea delirante de que la Iglesia Católica tiene un poder que impide que usted triunfe en los juzgados. Eso no se lo cree nadie. El único que ha demostrado gozar de asombrosos poderes fácticos es usted, que parece tener prestos a su propaganda a importantes medios de comunicación locales y nacionales que esparcen instantáneamente cualquier afirmación peregrina que a usted se le ocurra pronunciar. Es a usted al que le han diseñado titulares a su medida en potentísimos medios nacionales de prensa, radio y televisión. Es a usted al que le ha recibido el Ministro de Justicia y le ha prometido, al parecer, veedores en la causa.
3. Usted no respeta la legalidad vigente. Para que un Estado de Derecho y de libertades como el argentino se precie de serlo, y por tanto, para que los ciudadanos seamos libres e iguales ante la ley, deben respetarse, entre otros, dos principios básicos: la independencia del poder judicial y la presunción de inocencia de los ciudadanos. Ni uno ni otro parece respetar usted. Es verdad que en el ideario marxista-leninista el Estado tiene plenos poderes sobre la justicia, y la religión está perseguida ipso iure, pero afortunadamente no es ese el régimen político argentino. Usted se dirigió al Ministro de Justicia, al parecer, para que el poder ejecutivo prevarique presionando al poder judicial, como sucede en los regímenes totalitarios. Usted presiona desde el llamado "cuarto poder", la prensa, dando sentencia mediática como responsables de delitos a sacerdotes y obispos. Eso es muy grave y muy peligroso para la convivencia pacífica, e instaura la ley del más fuerte, es decir, del que tenga más poder mediático, y desampara al débil ante la ley. Servi Trinitatis es un Instituto Secular legal y declarado de bien público por el Estado y por la Iglesia Católica. Es usted el que recibió a principios de este año una sanción del Tribunal de Ética y Disciplina; efectivamente, su falta de ética y de disciplina ante los procedimientos legales es ahora patente a todos los pampeanos. Ningún sacerdote de Servi Trinitatis tiene ninguna sanción, sino, por el contrario, el beneplácito y el afecto de los obispos y de la inmensa mayoría de los feligreses de los lugares donde hemos trabajado. Y todas las resoluciones judiciales hasta el momento han demostrado la inconsistencia y abusos de los postulados de usted: habeas corpus, recusación de la jueza, denuncia ante el Tribunal Federal, retirada de casi la mitad de los denunciantes por la ilegalidad del hecho… Por cierto, no es el Dr. Marull el único que piensa que las garantías del proceso judicial deben respetarse. Son la inmensa mayoría de los juristas.
4. Usted utiliza argumentos irrisorios, falaces y anticristianos. Si no fuese tan grave lo que usted hace, causaría risa algo tan ridículo como por ejemplo que en nuestra Institución se prohíben comer dulces para inhibir no sé qué feromona, o que se prohíbe saludar con un beso a los familiares. ¿Y qué fue de las entrevistas con el cardenal Bergoglio, con el Nuncio, o de la sanción de la ONU? Además, toda su argumentación se construye sobre algo tan falaz como que los sacerdotes de nuestro Instituto tienen autoridad en la rama femenina; sin embargo en Servi Trinitatis hay independencia entre la rama masculina y la femenina. La que ha gestionado la rama femenina en Santa Rosa los últimos años es una de sus defendidas-acusadoras. También hay que reseñar que su crítica a los votos de obediencia, castidad y pobreza, y a la vida en comunidad, que caracterizan la vida consagrada de infinidad de instituciones de la Iglesia Católica, que forman el estilo de vida de cientos de miles de personas que entregan su vida al servicio del prójimo, constituyen un desprecio al cristianismo, y a las libertades de conciencia, de asociación, y religiosa.
5. Usted agrede psicológicamente a cientos de inocentes, causando una fractura social en Santa Rosa. A nadie le deseo que se levante una mañana leyendo en la prensa que un abogado despechado y sin escrúpulos le llame a él o a un familiar o a un amigo "secuestrador", "estafador", "mafioso", "criminal internacional", "sectario", "esclavista", "ladrón"… El número de sus apelativos paranoicos, señor Gebruers, hacia personas inocentes, es interminable. El sufrimiento, indefensión e impotencia, ante sus delirantes acusaciones, de cientos de miembros y exmiembros de Servi Trinitatis, y de familiares, amigos y conocidos, es incalculable, y sólo soportable por la fe en Cristo crucificado y resucitado. En el sitio www.apoyocatedralsr.com.ar existen múltiples testimonios de lo que aquí afirmo, aunque la mayoría sufren en silencio en sus hogares hasta que se acabe esta dramática pantomima. La actitud de serenidad y de normalidad en el trabajo diario de los padres Antonio y Ricardo en todos estos meses de pesadilla creada por usted, eleva todavía más ante los ojos de todos los santarroseños su calidad humana, cristiana y sacerdotal. Señor Gebruers, déjese de perturbar y de fracturar a la sociedad santarroseña con su barahúnda mediática, y contribuya a la paz de la noble tierra pampeana respetando los cauces legales, que son los rieles por los que debe transitar un abogado para no descarrilar.
Pido a los medios de comunicación, por el derecho a réplica tras las alusiones personales de Omar Gebruers, que publiquen esta carta abierta sin manipular su contenido.
Padre Arturo Saiz Santos, Servi Trinitatis.
Párroco de Nuestra Señora de Itatí de Bánfield. Licenciado en Teología.

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