El 29 de junio cumplió se cumplió el 45º aniversario de la ordenación sacerdotal del Párroco de Macachín, Pbro. Tadeo Mastej. Los festejos comenzaron con la celebración de la Santa Misa y continuaron con una cena, en la misa, un miembro de la comunidad pronunció las siguientes palabras:
“Pido ante todo perdón, por tomarme el atrevimiento de demorarlos, pero lo que voy a decir, o mejor dicho, a quien voy a referirme lo merece.
Es alguien que sirva a nuestra patria desde hace varias décadas, sin cobrar sueldo, aportes, obra social y sin pedir nunca nada a cambio.
Suele sacudir nuestra modorra avarienta con algún pedido, pero siempre está destinado para un tercero o para nuestras futuras generaciones.
Gracias por elegir esta Patria, podría haber optado por otra. Gracias por pensar en argentino Padre Tadeo -porque se darán cuenta que de él se trata-.
Podemos ver y tocar en la provincia de Buenos Aires o acá, muchas de sus obras palpables, pero hay muchas más de las otras, las más importantes, las intangibles, esas palabras que hicieron desistir de su intento a un suicida, ese consejo que salvó un matrimonio, esa obra de caridad que brindó un techo a una mujer y sus hijos resignando su propia casa, muchos consejos prudentes que se tradujeron en beneficio de multitudes. Y tantas más. Siempre en el absoluto anonimato, sólo los más cercanos y por obra de la Divina Providencia, nos enteramos y de algunas cosas, nunca de su boca.
También fue piedra angular de nuestra Iglesia, en estos dos lustros, bautizó, casó, catequizó, confesó.
En este tiempo, como en los 45 años de su sacerdocio que hoy cumple, muchas veces desayunó incomprensión, almorzó burlas, merendó ataques y cenó con indiferencia. Estoicamente, sin quejarse, poniendo la otra mejilla, odiando el error y perdonando al errado, siempre con la enorme generosidad de no querer herir susceptibilidades ni lastimar vanidades, suele pasar del silencio al chiste incomprendido y como los extremos se tocan, su profunda y sutil inteligencia, pensamos nosotros los miopes, que a veces se transforma en torpeza. ¡Si no captamos las grandes verdades del Evangelio cómo vamos a percibir las sutilezas de los inteligentes!
Meditando la segunda lectura de hoy, esa hermosa Carta de Timoteo, me atrevo a decir, querida hermana y hermano: el Padre Tadeo combate bien su combate, corre hasta la meta, mantiene la fe. Ahora lo aguarda la corona merecida, con la que el Señor Juez Justo, lo premiará en aquel día. El Señor lo ayudó a y le dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje...
Padre Tadeo, por mi persona y por toda la grey católica, perdón por nuestra indiferencia, nuestra tibieza, nuestra falta de compromiso y la poca oración por nuestro sacerdote.
Gracias por elegir nuestra Patria y nuestro pueblo como suyos, por trabajar incansablemente por amor a Dios, por ver en cada uno de nosotros el rostro de Cristo, por no pedir más a cambio que un oído presto y un corazón dispuesto hacia la palabra de Dios.
Ruego al Señor y en mi persona extiendo el ruego de los demás, de perdón por no saber valorar adecuadamente al enviado, gracias por el celo sacerdotal de nuestro querido Padre Tadeo y que hoy como mañana el Espíritu Santo lo colme de sus dones reservándole en el Cielo, el especial sitial de los que fielmente lo sirven.
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Durante la cena-homenaje al P. Tadeo Mastej, con motivo de su cumpleaños y de los 45 años de sacerdote, la Sra. Edda Luso de Mosquera, dijo:
“Padre Tadeo, hoy estoy segura de una cosa: a todos los que aquí estamos compartiendo con Ud. esta mesa, nos une un mismo sentimiento y es éste: expresarle nuestro deseo de felicidad en este nuevo año de su existencia y decirle también, que con él va nuestro agradecimiento por todo lo que nos ha brindado, ejerciendo un apostolado que hoy cumple 45 años, tantas veces difícil, pero generoso y auténtico de su parte, con más soledad quizás que compañía, pero siempre firme; siempre desechando, como dijo Santa Ángela de Mérici, el ¡NO PUEDO! que es el quejido del cómodo y diciendo ¡ADELANTE! que es el grito del esforzado.
Con ese grito, Padre Tadeo, que es la fuerza del Espíritu Santo que aflora de su corazón desde hace 45 años...
Siga conduciéndonos,
siga consolando nuestras debilidades,
siga comprendiendo nuestros fracasos y nuestros aciertos por MUCHOS AÑOS MAS.
De Dios tienes la luz; de nosotros la gratitud, el cariño y el anhelo de que seas MUY FELIZ, hoy y siempre.
Un año más y van... eso qué importa, importa que Dios está contigo.
Tú eres el Pastor, nosotros tus ovejas, pero recuerda también...
que somos tus amigos.
¡Felicidades, Padre Tadeo! ¡Que Dios lo bendiga!
“Pido ante todo perdón, por tomarme el atrevimiento de demorarlos, pero lo que voy a decir, o mejor dicho, a quien voy a referirme lo merece.
Es alguien que sirva a nuestra patria desde hace varias décadas, sin cobrar sueldo, aportes, obra social y sin pedir nunca nada a cambio.
Suele sacudir nuestra modorra avarienta con algún pedido, pero siempre está destinado para un tercero o para nuestras futuras generaciones.
Gracias por elegir esta Patria, podría haber optado por otra. Gracias por pensar en argentino Padre Tadeo -porque se darán cuenta que de él se trata-.
Podemos ver y tocar en la provincia de Buenos Aires o acá, muchas de sus obras palpables, pero hay muchas más de las otras, las más importantes, las intangibles, esas palabras que hicieron desistir de su intento a un suicida, ese consejo que salvó un matrimonio, esa obra de caridad que brindó un techo a una mujer y sus hijos resignando su propia casa, muchos consejos prudentes que se tradujeron en beneficio de multitudes. Y tantas más. Siempre en el absoluto anonimato, sólo los más cercanos y por obra de la Divina Providencia, nos enteramos y de algunas cosas, nunca de su boca.
También fue piedra angular de nuestra Iglesia, en estos dos lustros, bautizó, casó, catequizó, confesó.
En este tiempo, como en los 45 años de su sacerdocio que hoy cumple, muchas veces desayunó incomprensión, almorzó burlas, merendó ataques y cenó con indiferencia. Estoicamente, sin quejarse, poniendo la otra mejilla, odiando el error y perdonando al errado, siempre con la enorme generosidad de no querer herir susceptibilidades ni lastimar vanidades, suele pasar del silencio al chiste incomprendido y como los extremos se tocan, su profunda y sutil inteligencia, pensamos nosotros los miopes, que a veces se transforma en torpeza. ¡Si no captamos las grandes verdades del Evangelio cómo vamos a percibir las sutilezas de los inteligentes!
Meditando la segunda lectura de hoy, esa hermosa Carta de Timoteo, me atrevo a decir, querida hermana y hermano: el Padre Tadeo combate bien su combate, corre hasta la meta, mantiene la fe. Ahora lo aguarda la corona merecida, con la que el Señor Juez Justo, lo premiará en aquel día. El Señor lo ayudó a y le dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje...
Padre Tadeo, por mi persona y por toda la grey católica, perdón por nuestra indiferencia, nuestra tibieza, nuestra falta de compromiso y la poca oración por nuestro sacerdote.
Gracias por elegir nuestra Patria y nuestro pueblo como suyos, por trabajar incansablemente por amor a Dios, por ver en cada uno de nosotros el rostro de Cristo, por no pedir más a cambio que un oído presto y un corazón dispuesto hacia la palabra de Dios.
Ruego al Señor y en mi persona extiendo el ruego de los demás, de perdón por no saber valorar adecuadamente al enviado, gracias por el celo sacerdotal de nuestro querido Padre Tadeo y que hoy como mañana el Espíritu Santo lo colme de sus dones reservándole en el Cielo, el especial sitial de los que fielmente lo sirven.
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Durante la cena-homenaje al P. Tadeo Mastej, con motivo de su cumpleaños y de los 45 años de sacerdote, la Sra. Edda Luso de Mosquera, dijo:
“Padre Tadeo, hoy estoy segura de una cosa: a todos los que aquí estamos compartiendo con Ud. esta mesa, nos une un mismo sentimiento y es éste: expresarle nuestro deseo de felicidad en este nuevo año de su existencia y decirle también, que con él va nuestro agradecimiento por todo lo que nos ha brindado, ejerciendo un apostolado que hoy cumple 45 años, tantas veces difícil, pero generoso y auténtico de su parte, con más soledad quizás que compañía, pero siempre firme; siempre desechando, como dijo Santa Ángela de Mérici, el ¡NO PUEDO! que es el quejido del cómodo y diciendo ¡ADELANTE! que es el grito del esforzado.
Con ese grito, Padre Tadeo, que es la fuerza del Espíritu Santo que aflora de su corazón desde hace 45 años...
Siga conduciéndonos,
siga consolando nuestras debilidades,
siga comprendiendo nuestros fracasos y nuestros aciertos por MUCHOS AÑOS MAS.
De Dios tienes la luz; de nosotros la gratitud, el cariño y el anhelo de que seas MUY FELIZ, hoy y siempre.
Un año más y van... eso qué importa, importa que Dios está contigo.
Tú eres el Pastor, nosotros tus ovejas, pero recuerda también...
que somos tus amigos.
¡Felicidades, Padre Tadeo! ¡Que Dios lo bendiga!
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