sábado, diciembre 08, 2007

LOS SUELDOS DE LOS SACRDOTES?

La pregunta "¿cuánto gana un sacerdote?" no tiene una única respuesta, y debemos explicar por qué.
La mayoría de los fieles no saben de dónde sale el dinero para que vivan los sacer
dotes. Muchos creen el Obispo les paga un sueldo -como lo haría el dueño de una empresa-, y hay quienes todavía piensan que el que les paga es el Estado.
La verdad es otra: es cada comunidad la que debe "procurar la honesta sustentación del clero y sus ministros"(1). Por lo tanto, la mayoría de los sacerdotes vive de la retribución que su parroquia le puede brindar.
Por otra parte, la Iglesia en Argentina no tiene normas que establezcan los criterios para fijar montos comunes, porque las realidades socioeconómicas y pastorales de cada diócesis y cada parroquia son muy distintas entre sí.
Así, puede verse que un sacerdote de una parroquia de bajos recursos recibirá de su comunidad una asignación muy humilde. En algunas diócesis con comunidades muy pobres a veces se establece un monto mínimo para cubrir las necesidades más elementales de los sacerdotes. En estos casos se recurre a fondos solidarios que se mantienen con los aportes de otras parroquias u otros sacerdotes.
Para el caso de las parroquia con muchos recursos suele haber límites: Las diócesis muchas veces suelen fijar topes -de acuerdo a la antigüedad y al cargo pastoral- por obvias razones de principios. Forzando una simplificación, y sólo a fin de tener alguna medida de referencia, podemos decir que la asignación de los sacerdotes en estas parroquias más pudientes, en general no suelen superar al sueldo equivalente de un empleado administrativo privado de la zona, con antigüedad proporcional. Pero no son tantas las parroquias que pueden llegar a esta proporción: la mayoría de nuestras parroquias son modestas, y muchas no llegan a sustentar a su sacerdotes.
Podemos agregar algunas aclaraciones complementarias:
- Notemos que hablamos de asignación y no de sueldo, porque el sacerdote no es empleado de su comunidad, sino que está a su servicio el cual, por razón de justicia -y de supervivencia- debe ser retribuido.
- Es importante distinguir los gastos propios de la función sacerdotal, de lo que son gastos personales (ropa, libros, etc). Las asignaciones son para gastos personales, aunque muchos sacerdotes los utilizan también para gastos pastorales.
- Los sacerdotes pueden tener otros ingresos como por ejemplo, por capellanías (colegios, hospitales, etc) o donaciones personales. Al respecto, vemos que en muchos lugares de nuestro país este tipo de ingresos son los que permiten la subsistencia del sacerdote, porque sus comunidades son demasiado pobres como para brindarles un sustento mínimo.

Un sacerdote, en general, recibe de su parroquia una asignación que no suele ser mayor al equivalente de lo que percibe un empleado administrativo privado de la zona donde vive.

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