El informe del conocido diario pampeano demuestra una solidez del conocimiento no solo de los acontecimientos publicos sino también de los asuntos interiores de la vida de la iglesia y de nuestra diócesis que suponen disponer de un informante cercano al clero.
"El obispo Mario Poli cumplió durante 2009 su primer año como cabeza de la Iglesia católica pampeana y más allá de la prudencia en sus decisiones, bajo el aparente mar en calma, algunas decisiones de su gestión al frente de la institución religiosa comienzan a marcar algunos rumbos. No hubo transformaciones profundas durante los primeros dieciséis meses de Poli en Santa Rosa, pero algunas definiciones contrastaron con el paso del anterior obispo, Fidel Brédice.
Durante el año que pasó, la Iglesia católica pampeana comenzó a tener mayor protagonismo y una mayor presencia institucional. Y no fue una mera reacción corporativa ante la defensa de determinados temas doctrinarios –como fue la manifestación pública de determinados sectores militantes ante la ley de los abortos no punibles–. Se dieron algunos pasos en la transformación, apenas perceptible, de la estructura del clero y en la independencia de los poderes públicos –aunque no por ello se demarque nítidamente la línea entre Iglesia y Estado–...
... Poli, un hombre formado a la luz del Concilio Vaticano II, académico universitario y con un perfil de mayor apertura social, es considerado entre sus pares como un moderado dentro de la institución nacional –no es un progresista como el obispo de Neuquén, Marcelo Melani, ni un ultraconservador como el platense Héctor Aguer–, y responde a la línea del presidente del Episcopado y arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. Su temperamento no choca con la estructura muy tradicionalista del clero pampeano acostumbrado a décadas de conducciones conservadoras, pero igualmente su reformismo es una amenaza para los sacerdotes criados a la sombra del ex obispo Brédice...
... El obispo no puede prescindir todavía de algunos sacerdotes. Una fuga de curas significaría dejar sin cubrir muchas parroquias, con el consiguiente reclamo de los católicos, y no hay recambio para esos puestos. La “crisis de las vocaciones” condiciona con la falta de religiosos cualquier decisión.
Por ahora, habría algunos cambios en la dirección de parroquias del interior y se incorporó durante el año pasado a algún sacerdote que había sido “exiliado” por Brédice fuera de la provincia. En este contexto, a partir de febrero, curas que tienen a cargo la dirección religiosa de la feligresía católica en pueblos pequeños pasarán a cubrir sedes más importantes en localidades que han quedado sin párroco, o que sus conductores han sido derivados a otras...
(de verdad se dieron cambios en las parroquias de Guatrache y Quemú Quemú)
La presencia institucional más importante por parte del obispado pampeano en la arena pública se dio durante 2009 en la relación los poderes públicos. Por un lado, con los arranques de autonomía ante el gobierno provincial; por otro, en la ciudad con el incidente promovido por el presidente del Concejo Deliberante de Santa Rosa que ordenó retirar la imagen de la Virgen de esa sede.
El dato más importante para entender esta relación entre Iglesia y Estado en la provincia son los pasos que dio Poli este año. El obispado y algunos colaboradores tuvieron participación en la letra de la nueva Ley de Educación que se implementará a partir de este año. Si bien no fueron cambios de fondo y hasta le sirvió esa “revisión” de su contenido por parte de la Iglesia al gobierno para ganar tiempo, su consulta marcó una apuesta política por parte del obispado.
El perfil de Poli cambió también la vinculación institucional de la Iglesia con respecto al gobierno, muy diferente a la impronta que tenía la conducción de Brédice. El nuevo prelado tiene en claro que el obispado tiene que tener un lugar más comprometido a la hora de interpelar al poder, aunque no de digitar, y siempre bajo la tónica moderada de su temperamento. Durante el tedéum del 25 de mayo del año pasado el obispo tuvo palabras sobre la educación y la nueva ley y habló sobre las responsabilidades de los poderes públicos. Algo a lo que los dirigentes políticos de la provincia no estaban acostumbrados.
Poli también tuvo un gesto de independencia con respecto al gobierno provincial al no concurrir el 18 de diciembre pasado al acto que se realizó en el Club Estudiantes para inaugurar la Ciudad Judicial y al que asitió la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Poli le dijo que no al gobernador Oscar Mario Jorge, porque era un acto más partidario que institucional, y porque debía bendecir un edificio que estaba a varias cuadras de distancia de donde ocurría el acto oficial. Poco después, esa ceremonia la convocó el Superior Tribunal de Justicia en la nueva sede y allí, frente a Jorge, Poli no sólo se dedicó al rito sino también a hablar sobre la independencia que deben tener los tres poderes del Estado y, sobre todo, la justicia.
Los consultados indican por otro lado que sus homilías tienen algunos componentes de la realidad más comprometidos que su antecesor. Pero que esas posturas no sólo queda en las palabras, sino que hay también una impronta social. El propio Poli acompaña personalmente, por ejemplo, a los ladrilleros de Santa Rosa que reclaman que el gobierno provincial compre su producción y puedan tener mayor insersión en el circuito económico de La Pampa.
La presencia institucional del obispado se observó además en otro hecho: cuando se retiró la imagen de la Virgen del Concejo Deliberante. Ante la decisión del presidente del cuerpo, que fue considerada como una reacción de laicismo más que laicista por muchos dirigentes católicos que promueven la división de lo público y lo religioso, el prelado envió una nota para manifestar su inquietud por la decisión de sacar la imagen del acceso a los bloques, aunque consideró como incuestionable el criterio de separación entre Iglesia y Estado. La postura de Poli no fue de confrontación, sino de acercamiento. Finalmente, se dio marcha atrás con la decisión y la Virgen fue nuevamente entronizada en otro lugar del edificio ante la presencia del intendente Francisco Torroba.
Por ahora, la gestión moderada de Poli lleva el rumbo de la transformación de una Iglesia anquilosada y muy tradicionalista. Nó solo en la estructura del clero sino también la política institucional del obispado. Habrá que ver con el tiempo la profundidad de esos cambios."
NORBERTO G. ASQUINI
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